gazpacho
La base del gazpacho es una crema. Empezamos machando en el mortero - o moliendo en la batidora - ajo (poco: un diente, o medio; por lo del aliento, que luego apesta), un trozo de pimiento verde, otro trozo de pimiento rojo (el sabor del primero, al ser más tierno es otro que el del segundo, y juntos producen placer especial), pan (como un bollito) que habrá estado en remojo, tomate (cuanto más mejor; puede ser medio kilo, o un cuarto tal vez), aceite de oliva virgen (unas 2 o 3 cucharadas grandes) y vinagre al gusto. Una vez hecha la crema le añadimos el agua. Para Carmen Carolina el gazpacho ideal se toma con cuchara. Hay quien bebe en vaso el gazpacho. Cada cual añadirá más o menos agua, dependiendo de la espesura deseada, o de lo que quiera que dé de sí.
Una vez a un colegio de Segovia llegó por sorpresa un autobús lleno de niñas hambrientas y la monja cocinera añadió a un puré agua a hartarse hasta convertirlo en sopa, allí frente al acueducto, conque cada situación y paladar exige distinta cantidad de h2o.
Para Carmen Carolina lo mejor a la hora de servir el gazpacho será acompañarlo de tomate en cuadritos y cachitos de pan duro. Y servirlo será mejor después de que se haya enfriado en la nevera, si no es que ha sido preparado con agua fría. Yo, como por hache o por bé ni una ni otra cosa, al echar el agua en la batidora también añadí cubitos de hielo, y me salió fresquito (y la batidora sobrevivió). También Carmen Carolina puede acompañar sus gazpachos con trocitos de melón, uvas, aceitunas, manzana, pera.
Cuando era niña, en Mérida, su madre a veces les daba para cenar, a ella y sus hermanas, un tazón de gazpacho - hecho con los riquísimos tomates de aquellas huertas - con sardinas fritas o asadas y pan. Y se chupaban los dedos las criaturas preciosas, como cuando les preparaba un huevo frito con un picadillo de aquellos tomates y pimientos sabrosos. Vivan las cenas veraniegas y los nietos consentidos.
Esta receta es como para 2 personas.
Una vez a un colegio de Segovia llegó por sorpresa un autobús lleno de niñas hambrientas y la monja cocinera añadió a un puré agua a hartarse hasta convertirlo en sopa, allí frente al acueducto, conque cada situación y paladar exige distinta cantidad de h2o.
Para Carmen Carolina lo mejor a la hora de servir el gazpacho será acompañarlo de tomate en cuadritos y cachitos de pan duro. Y servirlo será mejor después de que se haya enfriado en la nevera, si no es que ha sido preparado con agua fría. Yo, como por hache o por bé ni una ni otra cosa, al echar el agua en la batidora también añadí cubitos de hielo, y me salió fresquito (y la batidora sobrevivió). También Carmen Carolina puede acompañar sus gazpachos con trocitos de melón, uvas, aceitunas, manzana, pera.
Cuando era niña, en Mérida, su madre a veces les daba para cenar, a ella y sus hermanas, un tazón de gazpacho - hecho con los riquísimos tomates de aquellas huertas - con sardinas fritas o asadas y pan. Y se chupaban los dedos las criaturas preciosas, como cuando les preparaba un huevo frito con un picadillo de aquellos tomates y pimientos sabrosos. Vivan las cenas veraniegas y los nietos consentidos.
Esta receta es como para 2 personas.
3 comentarios
Alejandro tubilleja -
el nieto de carmen carolina
Isidoro -
Luis -